A aquellas personas que ya han tenido diferentes experiencias trabajando para múltiples empresas, ¿tienen alguna favorita para la que trabajaron? Y, de ser así, ¿qué la hizo su favorita?
Esta es una reflexión importante que hacer, sobre todo en este nuevo mundo en el que vivimos, uno que, como ya vimos, cambia constantemente y puede hacerlo drásticamente en un parpadeo.
Es una reacción habitual concluir que aquello que más atrae a un potencial candidato (o lo que convierte un trabajo en “ese” favorito que tuviste alguna vez) es el salario o los beneficios; sin embargo, un estudio reciente desmiente este concepto, mostrando que más del 77% de adultos de varios países consideran que hay algo aún más importante que estas cosas: la cultura. (https://about-content.glassdoor.com/en-us/workplace-culture-over-salary/)

Acompañando la evolución de las empresas con el tiempo, ya se hizo un concepto relativamente estándar tener en consideración la cultura de la empresa; sin embargo, las cifras mostradas por el estudio mostraron cómo el paradigma laboral sigue cambiando. La cultura es lo más importante para la mayoría de adultos, pero donde se halló mayor interés en este factor, fue en las nuevas generaciones entrando al mundo laboral.
Entonces, ¿qué significa esto?
Con estudios mostrando cómo la cultura y los valores de una empresa son los principales factores de contribución a la satisfacción de los colaboradores, se tiene que hacer un cambio drástico en el enfoque que se tiene en los procesos de reclutamiento. Ya no se trata solo de “quién da más beneficios o salario”, sino de qué empresa tiene una cultura inclusiva, donde todos puedan compartir un sentimiento de pertenencia y que compartan valores con sus colaboradores. Un choque cultural está señalado como una de las razones más fuertes por las que A. Alguien pasaría por alto su “trabajo ideal” o B. Dejaría su trabajo sin importar el resto de beneficios.
Todos podemos conversar por horas sobre si el dinero compra la felicidad, pero, en lo que podemos estar de acuerdo, es que nunca será el único factor, y en el nuevo mundo laboral, claramente, ya no es el pilar más importante.